Algunas claves para detectar a un gestor value

Eugenia Jiménez
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En los últimos años hemos asistido en España a la proliferación de gestoras de fondos y analistas que apuestan progresivamente por una filosofía de inversión basada en el Value Investing o inversión en valor, definida por vez primera en 1934 por Benjamin Graham, e impulsada posteriormente con tremendo éxito por Charlie Munger y Warren Buffett.

Ahora, la firma francesa Amiral Gestion nos ofrece las diez claves para detectar el verdadero Value Investing.

1.- Inversión diferenciada del resto de gestores

Una de las características que más distingue a los inversores value frente a otro tipo de inversores es que los primeros invierten de forma contraria al consenso de mercado. De hecho, en ocasiones, sus inversiones parecen difíciles de entender a simple vista.

2.- Cualidades personales muy marcadas

Los inversores con el sello value cuentan con una serie de cualidades muy marcadas: visión a largo plazo, pensamiento independiente, razonamiento muy analítico, alta dosis de racionalidad, confianza, paciencia y humildad.

 3.- Búsqueda de libertad de inversión

A los inversores value les gusta invertir con total libertad. En este sentido, y aunque hay excepciones, es raro encontrarse a gestores value trabajando para terceros. Las ideas de inversión value pueden tardar años en dar sus frutos, lo que hace que los inversores sujetos al imperativo institucional o a comités de inversión vean su gestión controlada o limitada por sus superiores.

4.- Recuerdan perfectamente el día en que la filosofía value entró en su vida

Ante una entrevista, conversación con amigos o familiares o una charla con otros profesionales del sector, los gestores value siempre recordarán el día en el que descubrieron el value investing. Es un punto de inflexión importante en su carrera. Graham hablaba de este concepto como una inoculación: “o entiendes el value investing en los primeros cinco minutos, o no lo entenderás nunca.”

5.- Gran pasión por su trabajo

Los gestores value rebosan entusiasmo a la hora de hablar de su trabajo; de lo que hacen, de sus estrategias y de las claves de lo que significa el value investing.

6.- Inversión a largo plazo

Los gestores value invierten a muy largo plazo, por lo que no rotan mucho sus carteras o, mejor dicho, tienden a mantener las compañías en cartera por periodos largos de tiempo, con una media comprendida entre los 3-5 años. Si el margen de seguridad que exigen es del 30% eso es un potencial muy superior. Es raro que un inversor value venda una empresa tras revalorizarse apenas un 20-25%.

7.- Son inversores “bottom-up

Los inversores value no adivinan lo que hará el mercado. Siguen un enfoque bottom-up, filtrando el mercado en búsqueda de oportunidades, sin importar el nivel o la reciente dirección del mercado o la economía. El estilo bottom-up (de abajo hacia arriba), o lo que es lo mismo, el análisis fundamental de compañías sin que importen demasiado los factores macroeconómicos, permite al gestor value centrarse en la búsqueda de oportunidades infravaloradas por el mercado. El problema del enfoque contrario, o top-down, es que además de acertar con tu premisa sobre la compañía, tienes que haber acertado adecuadamente la hipótesis optimista sobre el sector o región que previamente te hizo centrarte en dicha compañía.

8.- No prestan atención a la macroeconomía

Los verdaderos gestores que siguen fielmente la filosofía value no prestan mucha atención a los datos macro ni a eventos cortoplacistas en su proceso de toma de decisiones (por ejemplo, los movimientos de los bancos centrales).

9.- Son gestores-analistas

Para aguantar una caída en una posición determinada, la persona que conoce en profundidad la compañía (analista) y la que ha tomado la decisión de incorporarla a la cartera (gestor), deben ser la misma persona.

10.- Profundidad del análisis fundamental in-house

El análisis fundamental de un inversor value es mucho más profundo que el de la media en la industria. En este sentido, antes de tomar una decisión hablan con antiguos empleados, proveedores, con la competencia o con expertos del sector. Además, este análisis siempre se elabora dentro de la compañía (in-house). Salvo alguna excepción puntual, evitan depender para formarse una opinión de analistas de sell-side o externos a la compañía.